
A un 73 por ciento de los adolescentes no les gusta su aspecto físico y querría cambiarlo según una encuesta realizada a chicos y chicas de 1º y 4º de la ESO, llevada a cabo por profesionales sanitarios del Centro de Salud Ciudad Jardín de Almería, presentado en el XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que estos días se celebra en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. En total 120 adolescentes de entre 12 y 15 años fueron entrevistados para conocer hasta qué punto los medios de comunicación, que proyectan determinados estereotipos marcados por la moda, influyen en la alimentación y los desórdenes nutricionales de los jóvenes.
Para la doctora Rosario Jiménez, coordinadora del Grupo de Atención al Adolescente de semFYC, resulta lógico que el porcentaje de adolescentes que desea un cambio de imagen sea tan alto. Las razones son evidentes: por una parte, es algo lógico en un momento de sus vidas en el que aparece el acné, les cambia la voz, aumentan caderas y pechos...Por otra parte, puede deberse a que vivimos en una época en la que los estereotipos sociales acechan a nuestros adolescentes cada día, en la televisión, en las paradas de autobús, revistas, o Internet. Ellas buscan seguir los parámetros sociales, culturales y estéticos que difunden los medios de comunicación y se equivocan muchas veces en la forma de interpretar el mensaje. En el caso de los chicos, los musculitos deben esperar hasta que se cierren los cartílagos de crecimiento, en torno a los 18 años.
El estudio presenta asimismo datos preocupantes, como que el 97% no conoce el concepto de dieta mediteránea y el 76% no desayuna en casa.
Quizá estos complejos adolescentes no se puedan frenar, pero en opinión de la coordinadora del Grupo de Atención al Adolescente de semFYC, se les debe inculcar el concepto de dieta equilibrada. Éste es un reto educativo que implica desde el profesorado hasta los padres pasando por el profesional sanitario. Comer bien asegura la calidad de vida y los jóvenes españoles cada vez comen peor.

A un 73 por ciento de los adolescentes no les gusta su aspecto físico y querría cambiarlo según una encuesta realizada a chicos y chicas de 1º y 4º de la ESO, llevada a cabo por profesionales sanitarios del Centro de Salud Ciudad Jardín de Almería, presentado en el XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que estos días se celebra en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. En total 120 adolescentes de entre 12 y 15 años fueron entrevistados para conocer hasta qué punto los medios de comunicación, que proyectan determinados estereotipos marcados por la moda, influyen en la alimentación y los desórdenes nutricionales de los jóvenes.
Para la doctora Rosario Jiménez, coordinadora del Grupo de Atención al Adolescente de semFYC, resulta lógico que el porcentaje de adolescentes que desea un cambio de imagen sea tan alto. Las razones son evidentes: por una parte, es algo lógico en un momento de sus vidas en el que aparece el acné, les cambia la voz, aumentan caderas y pechos...Por otra parte, puede deberse a que vivimos en una época en la que los estereotipos sociales acechan a nuestros adolescentes cada día, en la televisión, en las paradas de autobús, revistas, o Internet. Ellas buscan seguir los parámetros sociales, culturales y estéticos que difunden los medios de comunicación y se equivocan muchas veces en la forma de interpretar el mensaje. En el caso de los chicos, los musculitos deben esperar hasta que se cierren los cartílagos de crecimiento, en torno a los 18 años.
El estudio presenta asimismo datos preocupantes, como que el 97% no conoce el concepto de dieta mediteránea y el 76% no desayuna en casa.
Quizá estos complejos adolescentes no se puedan frenar, pero en opinión de la coordinadora del Grupo de Atención al Adolescente de semFYC, se les debe inculcar el concepto de dieta equilibrada. Éste es un reto educativo que implica desde el profesorado hasta los padres pasando por el profesional sanitario. Comer bien asegura la calidad de vida y los jóvenes españoles cada vez comen peor.
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